Nacer en la cuna y morir en la cuneta



De con techo a sin techo y al olvido

 

Manuel, Iván, son solo dos de las 32 personas que han fallecido en las calles de Canarias en 2012 y, tal vez, sin que importe demasiado.

Tenían familia, al menos, en algún momento la tuvieron y, sin nacer siendo indigentes, murieron como tales. El trágico balance arroja la cantidad de una treintena de fenecidos que encontraron el fin de sus días en las calles de nuestras islas durante el pasado año.

El 1 de enero de 2012 fallecía Manuel, con 44 años, en el albergue municipal de Santa Cruz de Tenerife.

El 16 de enero la policía hallaba el cuerpo de un indigente de 44 años y de nacionalidad española, en el sur de Tenerife, concretamente en un descampado en un núcleo próximo a los Cristianos, con una herida de arma blanca en el pecho. Vivía en esta zona costera.

Meses más tarde, concretamente el 21 de marzo, la muerte sorprendía a Iván G.R., de 37 años que convivía con su pareja, Carmen, en una chabola sin condiciones de la zona de Los Lavaderos, a espaldas del lujoso Hotel Mencey.

El 8 de abril, en Costa Adeje, en el centro comercial Salytien, en un gran charco de sangre, era encontrado el cadáver de otro sin techo, de 47 años de edad.

Todos ellos han sido personas con rostro, con apellidos, con familia, con sueños y con esperanzas pero que terminaron, por diferentes razones, formando parte del colectivo de los “Sin Techo” y de la terrible cifra de 32 indigentes fallecidos en el archipiélago, según publica en internet www.noticiaspsh.org un portal para conoce y combatir el sinhogarismo.
Según sus datos, la muerte de este número de personas en nuestras islas se debió en 7 personas a causas naturales; 6 fallecieron de frío, 5 encontraron la muerte a causa de sobredosis, 4 por agresión física, 2 por caída, 2 por incendios fortuitos, 1 por incendio intencionado, 1 por ahogamiento y en 4 personas aún se desconocen las causas.

Estas cifras podrían verse alteradas ya que, en Canarias, se contabilizan 815 personas “sin techo” (579 son hombres y 236 son mujeres) que viven en condiciones penosas y, si volvemos al tema que nos ocupa, o sea, al número de personas que se vieron abocadas a vivir en la calle y a morir en ella, el asunto se complica porque, si bien existe un seguimiento riguroso de los fallecidos en nuestro país en accidentes de tráfico, accidentes laborales, violencia de género, violencia doméstica, suicidios, asesinatos u otros…es prácticamente imposible encontrar un organismo oficial que se haya ocupado de cuantificar los fallecimientos de personas sin hogar y sus posibles causas.

Para encontrar datos de defunciones en calles o albergues de nuestro país ha sido necesario recurrir al estudio realizado por el Centro de acogida Assís de Barcelona, desde donde y según sus cálculos, consideran que cada 5 días muere un sin techo.

En este estudio denominado “Violencia directa, estructural y cultural ejercida contra personas sin hogar en España, entre 2006 y 2012” -y que será publicado en próximas fechas-, se desprende que la media de edad de los fallecidos es de 47 años y una de cada 10 de estas víctimas es mujer.

El principal motivo de estas muertes es el conocido como “causa natural” aunque, la verdad, en pleno siglo XXI morir en las calles debería ser calificado de poco natural y si no solo bastaría con preguntarnos y responder por qué es considerada causa natural, sin más, la muerte de un sin techo en plena calle y, por el contrario, es poco natural y hasta noticia, la muerte de un “con techo” en esa misma calle…

Volviendo al contexto y al estudio realizado por el ya mencionado centro que acoge diariamente a más de 100 personas sin hogar, destacamos que entre los motivos de estos óbitos, a parte de los “naturales”, aparecen los producidos por intoxicaciones, ahogos, insolaciones, caídas y atropellos.

Por otro lado, y en lo que al ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife se refiere, hemos de señalar que ni ignoran estas cifras ni la situación que afecta a cerca de 250 personas que mal viven refugiándose en lugares como el parque Viera y Clavijo, el parque García Sanabria, plaza del Príncipe, antigua fábrica de Celgán, chabolas de la zona del pabellón Pancho Camurria o de la zona de los Lavaderos y que tienen como principales problemas la falta de vivienda y de trabajo.

Del total del presupuesto capitalino, la corporación ha destinado la cantidad de 58.500 euros para cubrir el gasto, aproximadamente 578 euros por cabeza, en los entierros de aquellas personas en casos extremos de indigencia o insolvencia económica, puesto que calculan que tendrán que hacerse cargo de unos 30 fallecidos al año.

 En cuanto a cifras generales que hagan referencia a los sin techo, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), en España en el año 2006 existían 30.000 personas sin hogar y en el año 2012 se han contabilizado 22.938 personas sin techo de ambos sexos, de las cuales 4.434 tienen edades comprendidas entre los 18 y 29 años; a parir de 64 años se registran 879 y el grupo más numeroso es el comprendido entre estas edades, es decir, más de 30 años y menos de 63. De estos datos podría deducirse que el número de mayores de 60 años disminuye, tal vez, debido a que la esperanza de vida sitúa a los sin techo en los 47 años.


Teniendo en cuenta que casi nadie en nuestro país nace siendo indigente –y de ser así ponemos en alza la existencia de los servicios sociales que se ocuparían del bienestar del bebé en el momento preciso (se supone)-, es conveniente conocer otros datos para indagar sobre las causas que llevan a un “con techo” a convertirse en un “sin techo” porque, bien por desconocimiento o bien por costumbre, la mayor parte de las veces responsabilizamos al alcohol y otras drogas de ello pero, si recurrimos nuevamente al INE y a la encuesta realizada a personas sin hogar en los pasados 12 meses, descubrimos que del total solo 1.130 personas, de ambos sexos responsabilizan a las drogas de su situación. Sin embargo, la cifra asciende notablemente si hacemos referencia a otras causas como, por ejemplo, la ruptura de sus relaciones sentimentales, en la calle viven 4.799 personas (3.767 hombres y 1.032 mujeres) efecto de la separación de sus respectivas parejas.
 
Otra escalofriante cantidad es la que concierne a la pérdida de puestos de trabajo en nuestro país que ha llevado a 10.328 personas (9.018 hombres y 1.310 mujeres) a convertirse en sin techoEntre este desglose no puede obviarse el tema, tan de moda debido a la intervención financiera, como es el de los desahucios y que ha llevado a 2.783 personas a cambiar su techo de cemento por el propio techo de la intemperie.
 
 

Desde el Instituto Nacional de Estadística se calcula que en el Estado mal viven un total de 17.835 personas de ambos sexos, en condiciones de “sin hogar, en paro y en búsqueda de empleo” a pesar de la actual realidad social.

Basándonos en los datos conocidos y rescatando esa cifra de 22.938 personas, de ambos sexos, se concluye que 5.100 personas sin techo han dejado de buscar un hogar digno o un trabajo, limitándose a esperar como certero a la muerte que los incluirá en una estadística inexistente...

 

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